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Ya os hemos hablado de los parámetros a revisar de un vehículo de segunda mano antes de su compra, pero hoy, nos centraremos en explicaros cómo saber si el cuentakilómetros de un vehículo está trucado.

Cómo ya sabéis, comprar un vehículo a un particular sin ayuda de manos expertas implica ciertos riesgos: que tenga vicios ocultos, que sea demasiado viejo o que intenten engañarte de algún modo, pero, que sea “peligroso” no quiere decir que debas renunciar a este tipo de compra. Simplemente debes cerciorarte de que el estado del vehículo es el correcto.

Una de las “trampas” más comunes y usadas en las compraventas de vehículos de segunda mano entre particulares es la de trucar el cuentakilómetros para poder vender el coche o moto por un precio más elevado.

Cómo detectarlo tú mismo

En ocasiones no es fácil detectar este tipo de manipulaciones, pero, si usas la lógica, no es normal que, por ejemplo, un coche con 70.000 km tenga los laterales del asiento del conductor raídos. Existen ciertas piezas de desgaste que evidencian este engaño: el volante, la palanca de cambios, las alfombrillas, los botones del equipo de sonido, elevalunas y climatizador…

En el caso de los vehículos fabricados antes del año 2.000 cuyo cuentakilómetros, probablemente sea analógico, la forma de trucarlo habrá sido desmontando el cuadro y manipulando la cifra de forma manual. Fíjate si la pintura está dañada o saltada en los tornillos y que los plásticos que lo recubren están bien encajados. De lo contrario, podría tratarse de un indicio de trucaje.

Cuando pruebes el coche en carretera, estate atento/a ciertas piezas de desgaste y anomalías que no se correspondan con su kilometraje. Volvemos al ejemplo anterior, un coche con 70.000 km no debería tener holguras en la dirección o en la palanca de cambio, ni un embrague excesivamente alto, ni tampoco tendrían chasquidos en la suspensión ni ruidos o silbidos en los rodamientos de las ruedas o en las gomas de las ventanillas.

El libro de mantenimiento y los datos de la ITV (están obligadas a anotar el kilometraje de cada vehículo que inspeccionan) son la única forma legal, a nivel administrativo, de comprobar si los kilómetros reales coinciden con los que marca el cuadro.

Cómo detectarlo con la ayuda de un profesional

Esta es la opción más recomendada ya que, por muy aficionado/a al mundo del motor que seas, nunca tendrás el ojo clínico de un profesional que pasa horas y horas al día en contacto con diferentes motores y casuísticas detectando errores y solucionándolos.

De hecho, para un mecánico, resulta sencillo valorar cuántos kilómetros tienen de vida ciertas piezas y elementos como las pastillas y discos de freno, el sistema de escape cerciorándose de que coincidan con los kilómetros que marca el cuadro.

Además, subiéndolo al elevador podrá detectar fugas de líquidos, posibles accidentes, estado de rótulas y suspensiones, frenos, escape, si han usado piezas de desguace, estado de los amortiguadores y dirección, del catalizador, de la correa de distribución… Unas cuantas señales que indicarán si los kilómetros se corresponden con la realidad.

Y no solo eso, hoy en día todos los coches cuentan con centralitas que registran cientos de parámetros. Basta que un taller acceda a dicho registro para comprobar que el kilometraje no haya sido trucado.

Si ya has encontrado el coche o moto que te gusta pero no te fías, pídenos presupuesto gratuito y te ayudaremos a averiguar si se trata de una estafa o de si realmente merece la pena invertir en ese vehículo.